UANL - 80 Aniversario

Federico Cantu en la UANL
Federico Cantú 1907 – 1989
“Los antiguos mexicanos”, dice Antonin Artaud, “no conocían otra actitud que ese ir y venir de la muerte a la vida”.
Son Raza-Principio considerada por el poeta como superior a la del hombre de occidente.
Federico Cantú, pintor, escultor, muralista y grabador, se le ha denominado “el Ulises de Cadereyta”. Su largo andar durante mas de siete décadas de labor creativo entre América y Europa lo convertirán en el hijo prodigo de Nuevo León, un Ulises que tiene sed de llegar de nuevo a su tierra.
Como diria Alfonso Reyes : Cantú “surgió hijo de si mismo” Su obra aviva el afán prehispanico,la flora, la fauna, el paisaje y la simbología mitológica y religiosa. Pero sobre todo recrea el universo cultural que cultivo a lo largo de su vida.
Cantú perteneció a la generación de artistas que formaron la Escuela Mexicana de Pintura en la primera mitad del siglo XX. Nació en Cadereyta de Jiménez , Nuevo León, el 3 de marzo de 1907 fue hijo de dos escritores , Adolfo Cantu Jáuregui y Luisa Garza Loreley , de ahí su inclinación a el arte universal.
En su temprana juventud radico junto con su madre “Loreley” en San Antonio Texas, posteriormente ingresó en 1922 a la Escuela de Pintura al Aire Libre de Coyoacán, fundada por Alfredo Ramos Martínez: Maestro y amigo que inculco en Cantu el gusto por el color y el trazo en pequeño formato , así como la emoción por el romanticismo .
Cuando cumplí catorce años , sentí el ansia de Paris. Los Libros de mi madre y las novelas románticas con teatro en la Ciudad Luz, me alucinaron ; me sedujeron al grado de convertir en obsesión lo que en un momento de embriaguez espiritual.. espiritual fuera nada mas que un proyecto.
Un amigo Pintor, de imaginación multiforme, descubrió en mi cierta intuición artística, me esbozo un paraíso de color y perfilo en mi imaginación , de suyo preparada un mapa de la Ciudad Luz, inquietante y seductora idea. No se necesitaba mas que eso y un boleto de tercera clase de los trasatlánticos , esa cosa inmunda y pavorosa que se extiende en la cala de los barcos desde la proa a la popa y que nos separa de la misteriosa verdosidad de los mares con un muro de acero.
Cantu se embarco en una travesía Troyana que duraría tres décadas , pero que para bien, formaría en el, todo el carácter y el temple que se requiere para ser todo un Maestro: Sus largas charlas de Café en el Paris de Montparnasse junto con Renato Leduc, Alfonso Reyes , José Moreno Villa , Cesar Vallejo, Antonin Artaud , André Breton, poco a poco ilustrarían gran parte de su obra.
Y fue así que a lo largo de diez años de vivir en Montparnasse que era el epicentro de la cultura , el joven artista se integro al grupo de grandes Maestros de la cultura universal : Otros artistas que dejaron huella en Cantú fueron José de Creéft, Mateo Hernández, Pablo Picasso, Amedeo Modigliani y Diego Rivera; los dos primeros eran escultores, los tres restantes grandes maestros universales, de quienes aprendió su intensidad creadora y aliento épico.
Desde muy temprana edad la obra de Federico Cantú representa ampliamente la tradición mexicana, que pasando por las obras de caballete alcanza la monumentalidad de la obra Mural. Ambos géneros dominados por el artista tanto en técnica como en temática.
Cantú fue considerado un gran retratista, porque captó las características expresivas de sus modelos. Sus retratos, naturalezas muertas y paisajes son referencia obligada dentro del universo plástico del siglo XX.
Obras cautivadoras trascendentes marcan un horizonte femenino donde cabe la mitología, el erotismo que de manera majestosa pasa por la santidad de lo bíblico.
Cantú manejo el autorretrato de manera magistral y dentro de este género. El modelo más pintado, él, se caracterizo de formas variadas:
Cantú diabólico (Autorretrato como Lucifer, 1927); Cantú sacro (La Cena, 1940 ); Cantú filósofo (Sócrates y Diótima de Mantinea, relieve en piedra, 1962) Cantú mitológico (El retorno de Ulises, relieve en piedra, 1934). “los autorretratos, aparte de ser obras de arte son también documentos. Producen placer estético, pero también ofrecen estudios de carácter de personalidad sobresalientes”.
Decía Cantú :
Llegue a Francia en 1924 a los 16 años, de chico es cuando uno cree más en las metas – recuerdo que fueron muy gentiles conmigo los viejos, me enseñaron además de las mañas de andar tras las viejas y el alcohol , mucho del criterio de ellos. amigos como José Decreeft , Mateo Hernández, Joaquín Peinado, Ginés Parra , todo ese grupo de maestros españoles que frecuentaban a Picasso.
Ahí en Paris instale mi atelier por una década : A tan solo unos pasos de los cafés La Rotonda , Le Dome, Le Dingo, The Jockey. La Closerie des lilas. Ahí estaba una calle que salía del Carrefour Vavin .
No podía haber una mejor esquina en todo el barrio para vivir y trabajar , para emborracharse y enamorarse .
Esos años que vivieron en Paris fueron de gran esplendor, donde poetas , pintores , escultores compartían lo nuevo y lo viejo.
Pero además no había diferencia entre sus gremios Los poetas pintaban y los pintores escribían al igual que los escultores eran escenógrafos .


Antonin Artaud y Federico Cantú gustaban de la literatura, la historia , las antiguas civilizaciones y por supuesto de la vida bohemia Junto con Alfonso Reyes , Luis Cardoza y Aragón , Renato Leduc , Cesar Vallejo y José Moreno Villa.
Cantú permaneció Francia durante la década que va (1924-1934). En París conoció a José de Creéft, Mateo Hernández , Julio González , Pablo Picasso, de quienes aprendió la vocación escultórica. En 1928 Viajó a Los Ángeles, California, En donde se casó con la Pintora Luz Fabila Montes de Oca, ahí expuso por primera vez en el Museo Exposición Park y después se trasladó a Nueva York para regresar a su amado Paris.
Recordaba de Ernest Hemingway:
Si tienes la suerte de haber vivido en Paris cuando joven , luego Paris te acompañara, vayas a donde vayas, toda la vida, ya que Paris es una fiesta que nos sigue.
Ernest Hemingway

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